Casa Ferreirinha

A lo largo de la historia las mujeres han buscado su hueco, y es a partir del siglo XIX cuando realmente cambia todo. En medio de ese contexto nació y creció Doña Antónia Adelaide Ferreira. [break]

De pequeña estatura y bastante reservada, fue apodada "Ferreirinha" cariñosamente por su comunidad. Una carismática y visionaria emprendedora que tocó la vida de muchos y que cambió para siempre la región del Douro con Casa Ferreirinha. 

Antónia creó nuevas extensiones de viñedos en el Douro Superior, y con ello aumentó también las existencias de vino envejecido gracias a su negocio dedicado al vino fortificado.

Pero además, Dona Antónia se ganó el favor de los agricultores de la zona gracias a las aportaciones a la mejora sustancial de su calidad de vida, y es que fundó escuelas, guarderías y hospitales.

Cuando en 1896 falleció, tras casi un siglo de vida, su gran legado se traspasó a Fernando Nicolau de Almeida, que transformó Casa Ferreirinha y la llevó un paso más allá. Decidió dejar de centrarse en el vino fortificado para también elaborar elegantes vinos con el potencial del envejecimiento de los míticos vinos de Oporto. 

Para ello, combinó las mejores uvas del Douro Superior con otras de gran altitud. Gracias a esta combinación nació en 1952 uno de los vinos más reverenciados de Portugal: el Barca-Velha. Hoy en día solo se elabora en los mejores años, y es uno de los vinos más longevos, elegantes y complejos del país. 

Actualmente, bajo el mando de Luis Sottomayor, Casa Ferreirinha goza de una gran variedad de vinos que van desde los más frescos y fáciles de beber hasta aquellos más ricos y complejos. Una gama de vinos que se ha visto gratamente beneficiada por las manos expertas de este enólogo que promete ganarse cada vez más afectos en el panorama internacional.