Bodegas Corral

La historia de la bodega comienza en 1898, cuando el cosechero y bodeguero Don Saturnino Daroca plantó algunas de sus primeras viñas en Sojuela. Fue su yerno, Don Martín Corral, quien dotó con su apellido y su escudo de armas a la bodega, y desde entonces ese marcado carácter familiar ha servido de inspiración y motivación para evolucionar en todo momento.

Para entender la filosofía que está detrás de este proyecto son necesarios comentar dos factores que en el fondo se combinan formando una receta impresionante. La situación geográfica en la que se encuentra, en plena Rioja y más concretamente dentro del ‘Camino francés’, el más antiguo de las distintas rutas de peregrinos hacia Santiago de Compostela.

Un cruce de caminos que enriquece todo lo que allí tiene lugar, y donde la transmisión de experiencias, personas e historias dejan su huella en todos los vinos que elaboran. Así se marca el camino de Bodegas Corral, que se demuestra en el esfuerzo por crear unos vinos únicos y en la hospitalidad con la que desean que cualquiera que deguste sus referencias resulte ensimismado.

Fruto de esta inspiración nace Don Jacobo, una marca que es la decidida apuesta por vincularse a la Ruta y que les ha hecho ser conocidos y reconocidos más allá de nuestras fronteras.

Su otro emblema es el de Altos de Corral, marca creada en los años 80 como resultado del cultivo de un extraordinario Tempranillo en un alto de 10 hectáreas en el buscaban un tinto único y personal que tuviera una producción limitada.