En el kilómetro 259 de la autovía A5 que va a Trujillo, encontramos una bodega que no para de romper moldes.
Empezando por el lugar elegido para su ubicación. En una de las zonas vinícolas más extensas del país, con más de 90.000 hectáreas de viñedos y aún así desconocida para una gran parte de los consumidores de vinos. También la elección de las variedades fue arriesgada, sobre todo teniendo en cuenta que las foráneas Cabernet Sauvignon, Syrah y Petit Verdot necesitaban un patrón específico de terrenos pobres y climas cálidos.[break]
Su bodega, edificada en acero y cristal, es una de las más avanzadas y no precisamente por su estética. Integrada en el entorno, se diseñó para que todos los trasiegos pudieran hacerse por gravedad. Han sido pioneros en el estudio del potencial aromático de la uva para la determinación de la fecha óptima de vendimia y también en la medición del flujo de savia para el conocimiento hídrico de la planta, indispensable en un entorno con pluviometría escasa.
Aunque si existe algo aún más importante en Bodegas Habla, ese es el viñedo. La creación de sus vinos comienza en las 64 parcelas en las que se dividen sus 200 hectáreas de terreno. Una tierra ácida, con escasa humedad y que sobrevive a fuertes contrastes términos entre el día y la noche.
Cada año nacen dos vinos inéditos, irrepetibles, puesto que cada cosecha entrega uvas únicas que reflejan la expresividad y los matices de lo que sucedió ese año en la viña. Lo mejor para entender todo este proceso es abrir una botella y degustar. La inspiración llega a nuestro paladar y solo usamos nuestros sentidos para disfrutar, porque estos vinos, sin palabras, nos hablan de dónde vienen en cada una de sus gotas.
Habla es el sueño hecho realidad de una familia cacereña que se propuso elaborar vinos exclusivos, unicos y excitantes en Extremadura y abrirse al mundo como los antiguos conquistadores extremeños.
Bodeboca.com © 2025 - Todos los derechos reservados