Tenuta Di Nozzole

La familia Folonari compró esta fascinante finca de 385 hectáreas en 1971 para ampliar su producción de vinos italianos. Esta adquisición, junto a la compra de Tenuta del Cabreo en 1967, confirmaba la nueva dirección de la bodega hacia las referencias de máxima calidad. 

Ambrogio y Giovanni Folonari estaban destinados a seguir el patrimonio vinícola que sus antepasados construyeron durante dos siglos. A mediados del siglo XVIII, Lorenzo Folonari, gracias a su espíritu emprendedor, puso su apellido en la órbita de los grandes negocios en Brescia. A los pocos años, decidió cambiar de rumbo y convertirse en un gran productor de vino. 

Después de dos siglos de evolución constante, en 1911 la familia compró Ruffino, una de las empresas vinícolas más importantes de Italia conocida por ser los primeros exportadores de Chianti Classico en “fiaschi”, las tradicionales cestas de paja que se han convertido en uno de los símbolos de la región. 

Gracias a este pasado histórico, los Folonari hoy son un estandarte de Chianti y lideran la puesta en valor de la singularidad, la calidad y la versatilidad gastronómica que este estilo, en buenas manos, puede alcanzar. 

Las viñas se sitúan a 300 metros de altitud sobre el nivel del mar en Greve, donde disfrutan de un clima mediterráneo y un entorno donde la uva Sangiovese encuentra su “lugar feliz”.  

En bodega, la crianza es un proceso clave para encontrar el equilibrio en cada elaboración. Se utiliza, fundamentalmente, roble eslovaco conocido por sus fino grano y sus sutiles aromas dulces. Esta precisión desde la viña hasta la sala de barricas da lugar a la expresión más auténtica de la Sangiovese.

No obstante, los Folonari no solo elaboran este popular estilo, sino que también han bautizado con su apellido otros blancos y dulces de extraordinario potencial.

Las excelentes referencias de Tenuta di Nozzole son el fruto de siglos de creatividad, innovación y amor por la vid que generación tras generación ha transmitido esta saga italiana.