A la edad de 20 años, Markus Molitor tuvo que hacerse cargo de la bodega de su padre. A pesar de su juventud e inexperiencia, su objetivo fue claro y preciso, y no fue otro que el de producir uno de los mejores rieslings del Mosela. [break]
En 1984 Markus tomó las riendas de la bodega familiar, era la octava generación que elaboraba vinos bajo el apellido Molitor. Desde el primer día quiso que sus vinos fueran reconocidos como unos de los mejores de la zona y reconocibles por todos por su carácter frutal y mineralidad.
Una de las particularidades que diferencia sus viñedos de los del resto de la zona es la inclinación. Las viñas se encuentran en laderas de hasta un 80% de pendiente, en oposición a las vastas extensiones de cultivos que se encuentran en otros lugares. Los suelos de pizarra y los microclimas de cada viñedo proporcionan unas condiciones excelentes para el cultivo del Riesling y de la Pinot blanc.
Desde hace 100 años, a lo largo del Mosela se han elaborado vinos, en su mayoría blancos (y específicamente rieslings), que son mundialmente conocidos y tienen una calidad excelente, logrando tener en ocasiones los vinos más caros del mundo. Markus Molitor se fija mucho en el pasado y sabe escoger los métodos tradicionales que han hecho grande a la D.O. Mosel combinándolos con las prácticas más modernas y tecnológicas.