Lo que encontrarás dentro de sus botellas es exactamente lo mismo que había antes de que Pérez Barquero renovase sus etiquetas. También las mismas altas puntuaciones Parker. [break]
Y además, cuatro novedades en esta Venta Privada: el Gran Barquero Palo Cortado, con 25 años de vejez media; Viña Amalia 2018, un blanco frutal de baja graduación y fácil trago; Vermouth Barquero, con un precio de locura; y Fresquito,un entrañable vino de pueblo criado en tinajas.
Coincidiendo que en mayo Córdoba engalana sus patios de flores, aprovechamos para ser los primeros en presentar en sociedad la renovada imagen de la gama Gran Barquero.
Estos vinos no viven pegados al mar, pero convertir esta carencia en virtud es uno de los méritos que debemos reconocer a Montilla, que sale adelante apostando por sus propias singularidades, sin querer imitar a nadie.
Sobre suelos de albarizas en la Sierra de Montilla y Moriles Altos, Pérez Barquero cultiva su Pedro Ximénez, más rica en azúcares que la Palomino, para elaborar unos vinos sin fortificar, con una graduación alcohólica natural.
Otra de las particularidades de la tradición vinícola de Montilla es que se han utilizado muchas tinajas o ánforas de barro durante más de dos mil años para elaborar sus vinos, lo que les aporta una frescura especial. Algo que puedes comprobar especialmente con el entrañable Fresquito.
Los vinos de Montilla hablan con voz propia y cada vez más hay quienes empiezan a reconocer la enorme labor que la gente de este lugar ha mantenido a lo largo del tiempo para preservar sus tesoros.
Actualmente, Bodegas Pérez Barquero pertenece a tres familias de la zona: Córdoba, Ruz y Gracia. Juntos engloban el Grupo Pérez Barquero con cuatro bodegas en Montilla-Moriles.