Por primera vez en una Venta Privada presentamos juntos los tres grandes proyectos de Mariano García y familia, y lo hacemos en un momento ideal para darse un capricho con sus vinos top. [break]
Todo estos vinos están hechos para no fallar, y es que el sello de los García es infalible a la hora de buscar vinos de categoría, de esos con los que vas a quedar bien si los eliges para regalar o para que luzcan en algunos de los banquetes de las próximas fiestas navideñas.
Os invitamos a bucear entre las opiniones de nuestros socios para comprobar el éxito de todos estos vinos, que también tienen muy destacadas puntuaciones. Un ejemplo es su tinto Cartago, con 95+ puntos Parker, una nota que solo está al alcance de los vinos más icónicos de España.
Para los más clásicos, nada como Mauro, el proyecto más asentado de la familia. Mauro es uno de esos vinos de los que nadie habla mal, y tiene la ventaja de estar concebido para dar lo mejor de si incluso tras varios años de guarda en botella, así que si lo compráis ahora, tenéis placer asegurado durante unos cuantos años.
San Román, el proyecto que los García comenzaron en Toro hace ya 20 años, ha conseguido estar a la altura la bodega original. Sin ir más lejos, su vino más icónico, llamado también San Román, acaba de ser nombrado uno de los 100 mejores vinos de 2018 por parte de la revista Wine Spectator, un olimpo solo destinado a los mejores.
Y para culminar, el último “niño” llegado a la familia: Garmón, que nace para reivindicar la Ribera del Duero más fresca, y todo desde una elaboración completamente artesanal, donde se mantienen premeditamente los pequeñas volúmenes con el fin de conservar la máxima calidad. Para los que ya seáis unos apasionados de Mauro y San Román, Garmón es vuestro descubrimiento para esta próxima Navidad, y es que desde luego no desmerece lo más mínimo a los best seller de la saga.
Desde 1978, Bodegas Mauro se ha definido por elaborar vinos tintos con vocación de envejecimiento, que reivindican la identidad del terruño y la personalidad del elaborador.
El interés de la familia García en Toro comenzó en 1995 con el seguimiento de distintas parcelas y la realización de vinificaciones experimentales. La finalidad de estas experiencias era conseguir vinos con estructura, elegancia y equilibrio.