Amor. Eso es lo que sentimos por los vinos de esta bodega valenciana. Cada uno de ellos es un abrazo a los sentidos. [break]
Igual piensas que exageramos, pero de verdad que no. En todas las catas que hacemos con ellos se genera siempre una enorme expectación por su delicadeza, fluidez y ojo, su imbatible relación precio-placer. Además, sus tintos son ideales para tomar incluso en verano, así que son todoterreno.
Nuestra compañera Blanca García recorrió la bodega hace poco para conocer algunas de sus maravillas, como la galería subterránea de más de 300 años. En ellas se encuentran las tinajas en las que permanecen algunas de sus creaciones antes de ser embotelladas.
Más allá de la anécdota, este recurso es palpable en la copa. Aquí juegan con variedades autóctonas que merecen ser conocidas en su mayor plenitud, por eso necesitan de gestos respetuosos que no enmascaren su potencial, como el uso de las mencionadas tinajas.
Yendo para terminar a un terreno más hedonista, dejamos por aquí un truco que va a revolucionar tus aperitivos. Elige una referencia (quien te escribe se derrite, por ejemplo, con Safrá) y acompáñala con unas bravas al estilo de Levante. Es decir, patatas bien confitadas, alioli y aceite de pimentón. Una combinación que va directa al corazón.
Celler del Roure nace en 1996 como una pequeña bodega familiar con la ilusión de elaborar vinos tintos de guarda. Ubicada en Moixent, se localiza en el triángulo conocido como "la Toscana