Castell d´Encus

Raül Bobet pertenece a ese grupo minoritario de enólogos que en los últimos años han ayudado a cambiar la percepción que se tenía de los vinos españoles en el exterior. [break]

Vinos que se caracterizaban, y aún lo hacen, por ser demasiado potentes, concentrados y maderizados. Y el afortunado cambio de dirección nos lleva hacia una elaboración más septentrional, que aporta frescura en los vinos y que se aleja cada vez más de la fácil intensidad de la madurez.

Su preocupación por los efectos del cambio climático lo llevó en 2001 a la búsqueda de una zona alta y fría que no acusara tanto el impacto que preveía en el entorno. Con una buena dosis de intuición pero al mismo tiempo avalado por su experiencia profesional, encontró un paraje casi idílico, un camino de montaña a caballo entre las altas cimas del Pirineo y la Sierra del Montsec: Pallars Jussà (Pirineos de Lleida). En este lugar, que parece una localización de Juego de Tronos, encontró lagares de piedra arenisca en perfectas condiciones. Todos situados en los alrededores de una ermita románica del siglo XII y en los que el tiempo parece haberse detenido. 

Vinificar en estos lagares es un trabajo tremendamente artesanal. Lo más interesante que aporta a los vinos es la levadura autóctona que proporciona, un sello asegurado porque no hay posibilidades de contaminación. En cuanto a cómo se refleja en los vinos, en los blancos aporta una oxidación controlada y la absorción de ciertos oligoelementos que los hacen únicos y diferenciales. En cuanto a los tintos, dan un sello muy particular, sobre todo aporta unas notas muy características de sotobosque (tomillo, romero y monte bajo).

Si en Priorat apostó sin fisuras por las Cariñenas y las Garnachas con Ferrer Bobet, uno de nuestros tintos de cabecera en esta zona, con Castell d´Encus ha demostrado que con la climatología adecuada, se pueden hacer cosas realmente interesantes en nuestro país. Thalarn es posiblemente una de las mejores Syrah que hayamos catado nunca.