Viajamos a 20.000 kilómetros para gozar con las maravillas de una de las bodegas más prestigiosas de Nueva Zelanda. [break]
Para que disfrutes de este paraíso gustativo sin salir de casa hemos conseguido un pequeño cupo de dos "crémants" y dos chardonnay coronados por la crítica. Deléitate con el perfume más fresco y exótico del suroeste del Pacífico.
En 1938 Mick Brajkovich y su mujer Kate llegaron a Auckland después de abandonar su hogar en la costa dálmata. Seis años después, fundaron su bodega en la zona de Kumeu River, iniciando así el camino que les convertiría en todo un emblema del vino neozelandés.
Pioneros de la región y artífices de la increíble evolución de la viticultura del país, esta familia introdujo la Chardonnay, la Pinot noir, la Merlot y la Sauvignon blanc que tanto éxito han tenido en la isla gracias a su tremenda adaptación a este terruño.
Hoy, casi 80 años después, este icono sigue en manos de la familia y cuenta con el talento del nieto de los fundadores, el prestigioso Master of Wine Michael Brajkovich.
¿La clave del éxito? Pues la perfecta combinación entre viñedos privilegiados y un magnífico trabajo en bodega. Sus cepas disfrutan de suelos de arcilla y arena, de días soleados y de la influencia fresca del océano, las condiciones ideales para que las variedades galas exhiban su perfil más encantador.
A partir de uvas de máxima calidad, la familia hace su magia. La estricta selección durante la vendimia, la delicada fermentación con levaduras indígenas y las precisas crianzas en barrica son las claves de su filosofía.
Todos estos factores dan vida a una colección que nos hace tocar el cielo con su finura y su cautivador abanico aromático.
La historia de Kumeu River comenzó hace más de medio siglo, cuando la familia Brajkovich llegó a Nueva Zelanda para comenzar una nueva vida.
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