Château du Tertre

La fama de esta bodega comenzó a hacerse patente en el siglo XIX, gracias también a la clasificación de los terroirs de Burdeos que catalogó dicho château como Cinquièmes Cru.

En el año 1997 el negociante holandés Eric Albada Jelgersma compró el château y ha llevado a cabo una gran reestructuración, devolviendo a esta bodega la popularidad y la personalidad de antaño.

Los viñedos donde crecen sus uvas se nutren de luz constante que protege sus frutos de las grandes oscilaciones de temperatura entre el día y la noche. Además el drenaje natural de la tierra permite que la maduración de las uvas sea lenta.

Los responsables de la bodega cuidan cada detalle de la vendimia y de la elaboración del vino para conservar todos los matices aromáticos y conseguir la mejor calidad posible. En el año 2008 se incorporaron nuevos tanques de hormigón de pequeña capacidad para poder vinificar de diferentes formas en función a las características que se quieren plasmar en cada vino.