Château Palmer

En 1814 el general inglés Charles Palmer adquiere una finca por la suma de 100.000 francos, esa finca se llamaba Château de Gasc. Palmar se casó con una joven bordelesa e invirtió toda su fortuna en la mejora de la finca.[break]

Se arruinó en 1853 y la propiedad fue adquirida por unos banqueros de París, los hermanos Pereire, que construyeron el Château  tal y como se conserva hoy en día. 

Todos los vinos de Château Palmer, se caracterizan por su alta proporción de Merlot, que en alguna añada es similar a la de Cabernet Sauvignon, y que proporciona a sus vinos riqueza, suavidad, elegancia y finura. Es un vino que alcanza su plenitud mucho antes que otros grand cru bordeleses y que se mantiene durante muchos años. Puede decirse que tiene el carácter de un Pomerol, unido a la finura y elegancia de un Margaux.

Se dice que Margaux produce el vino más límpido y fragante del Médoc, o al menos es lo que corroboran los registros históricos, y lo cierto es que la realidad actual se está poniendo a esa altura. Aquí existen más "crus" que en cualquier otra zona, y aunque muchos de ellos todavía no han conseguido los resultados que podrían alcanzar, está claro que nuevos aires están recorriendo el sur de Médoc.

De hecho el suelo de Margaux es el más fino del Médoc y el que presenta la mayor proporción de grava gruesa. En lo que respecta a los nutrientes, es el que menos tiene que ofrecer a la cepa, pero posee un buen drenaje, incluso en los meses lluviosos. El resultado son vinos que inician su existencia con relativa flexibilidad, aunque en años pobres tienden a “enflaquecer”. No obstante en los años buenos o excelentes, todos los comentarios sobre las virtudes de la grava están justificados: el buen Margaux posee tal delicadeza y una fragancia tan maravillosamente dulce que puede llegar a ser el Burdeos más exquisito.