Juan Carlos Sancha

Si pensabas conocerlo todo de una de las denominaciones con más solera de España, atento a lo que viene. Un fenómeno llamado Juan Carlos Sancha ha llamado a la puerta para ofrecer una nueva visión de Rioja. [break]

En el recién estrenado informe de Tim Atkin de la región se señala a Sancha como una de las figuras más importantes, puntuando además sus vinos de forma notable. Si aún no conoces a este productor y doctor en enología, tienes ahora la ocasión perfecta para comprobar su labor de recuperación de variedades autóctonas. Y atención, cuenta con joyas desconocidas a partir de 7,90€.

Nos declaramos amantes del estilo clásico riojano, que ha conseguido situar a este oasis norteño en lo más alto del mundo del vino, pero oye, ancha es La Rioja y hay cabida para todo tipo de proyectos. El que tenemos entre manos es genuino lo mires por donde lo mires.

Para empezar, su situación. Nos encontramos en la comarca del Alto Najerilla, en el límite suroeste de la D.O.Ca., que goza de un clima más fresco debido en parte a su altitud. Puede que en otra época no surgieran de esta zona vinos de relumbrón, pero el aumento de las temperaturas anuales hace que entregue ahora referencias de gran categoría.

Otra clave para entender la pasión de Juan Carlos para dar vida a sus elaboraciones es la de recuperar las variedades tradicionales que fueron perdiendo tirón a lo largo del pasado siglo. No hablamos solo de la Garnacha, que poco a poco vuelve a recuperar su espacio, sino de uvas casi en extinción como la Maturana blanca, la Turruntés o la Monastel de Rioja.

Hablando añora de la añada 2019, protagonista de esta Venta Privada, se vaticina que va a ser histórica. Calificada de “Excelente” por el Consejo Regulador y con el respaldo de la crítica, quien sabe si estamos ante una de esas cosechas que se presentan cada 30 años. ¿Recuerdas la 2001? Puestos a soñar, quién sabe si estamos ante la “inversión” vinícola del año.

Por último y no menos importante, toca mencionar la nueva incorporación que presentamos en esta acción. Cerro la Isa — en su versión tinta y blanca— se enmarca dentro de la nueva clasificación de Viñedos Singulares que ha puesto en marcha la denominación con el objetivo de reconocer la singularidad de sus mejores terruños. Dos creaciones limitadas con las que parar un segundo y poder contemplar toda su dimensión.