Domaine Kientzler

Alsacia está llena de pequeños productores, muchos de ellos familias que discretamente elaboran sus blancos en medio de un paisaje de hojas amarillas y suaves colinas onduladas. Los Kientzler son historia viva de uno de los pueblos más pintorescos de Alsacia.

El primer Kientzler, hijo y nieto de panaderos, se llamaba Dominique. Fue él quien transformó una tienda de comestibles en una rudimentaria bodega en la que elaboraba un Riesling a granel a partir de viñas que pertenecieron a su padre y abuelo.

Generaciones posteriores dieron forma a la bodega actual, una de las más reputadas de Ribeauvillé, un pueblecito alsaciano que destaca por sus edificaciones medievales rodeadas de un mar de viñas. En lo que sería una especie de isla en ese mar de viñas se ubica hoy la bodega de esta saga familiar.

El paso de los años y el aumento de la actividad comercial llevó a la familia a trasladar su bodega al viñedo en el año 1945.

Actualmente los Kientzler cuentan con unas 14 hectáreas de viñedo. Cuatro de ellas están clasificadas como Grand Cru y la mitad del viñedo está prácticamente copado por las variedades Riesling y Gewurztraminer, dos de las uvas más representativas de los blancos alsacianos.

La familia Kientzler solo elabora blancos, pero lo que verdaderamente distingue a sus vinos es su marcado perfil mineral. Al inicio se muestran más bien austeros en nariz, pero momentos después se percibe una profundidad y nitidez en boca excepcional.

Hemos seleccionado tres vinos elaborados con las tres variedades reinas de esta región francesa: Riesling, Pinot gris y Gewürztraminer. Tres versiones genéricas para comprobar de forma asequible y didáctica las bondades de un terruño que alumbra algunos de los mejores blancos del mundo.