La familia Raventós i Blanc comienza este proyecto en el año 2012. Tras mucho viajar por los rincones más recónditos del Penedès encontraron la finca perfecta para elaborar sus vinos tranquilos.[break]
Así es como nació Can Sumoi, un proyecto que cuenta con una bodega principal conformada por tres masías de más de 300 años y 20 hectáreas de viña de Parellada.
Dichas viñas no se asientan sobre un suelo cualquiera; los terrenos sedimentarios proceden del periodo cretácico y tienen una vejez de en torno a 110 millones de años. Esta finca se encuentra, además, sobre una colina que mira de forma directa hacia el Mediterráneo, a 600 metros sobre el nivel de este mar; un entorno privilegiado para unos vinos privilegiados.
En un lugar tan especial, donde se dan la mano el pasado y el presente, Pepe Raventós dio rienda suelta a su pasión por los vinos naturales y la investigación. Inspirados por el estilo del Jura, este lugar era el enclave perfecto para continuar haciendo sus vinos soñados: naturales, con la mínima intervención y tremendamente expresivos.