Unidades limitadas
Cuanto más viejas las viñas, más profundas sus raíces, cuanto más bajo el rendimiento, de mejor calidad son las uvas y cuanto mejores son las uvas, más complejos sus aromas. [break]
Bajo el principio de poner en valor las viñas viejas de la familia, Valentí y Ramón Llagostera decidieron construir una pequeña bodega familiar a finales de los años noventa, en el pueblo prioratino de Poboleda.
Tenían claro que querían vinificar los viñedos de sus primos, la familia Doix, cuyos frutos hasta entonces se habían vendido a la cooperativa local. Vieron en ellos el potencial que ofrece una viña vieja de Garnacha y Cariñena, que en algunos casos roza los 100 años y en otros los sobrepasa.
Tenían las cepas y, además, uno de los mejores lugares del Priorat para extraer grandes resultados. Poboleda se sitúa en la parte noreste de la denominación de origen, entre la Sierra del Montsant y el valle del río Siurana, a mayor altura y con un microclima más fresco que el resto de la DO.
En el año 1999 se elaboró la primera añada de su primer vino, Doix Costers de Vinyes Velles, en homenaje a Joan Doix, ex presidente de la cooperativa de Poboleda y tío abuelo de los actuales fundadores. Él fue quien se encargó de preservar y cuidar los viñedos familiares, que hoy son el valor más preciado de la bodega, un legado recibido de su padre, que los replantó tras la filoxera a partir de 1902.
Pocos años después, en 2001, llegó la primera añada de Salanques, elaborado con garnachas y cariñenas plantadas hace unos 60-80 años. Un vino que combina la fruta de los viñedos más ivejos con las de las cepas más jóvenes, y es capaz de transmitir la personalidad auténtica del Priorat.
Ese carácter tan típico de la gente del Priorat, el de saber afrontar las dificultades con entereza, saber sobreponerse y sobrevivir en un medio agreste y difícil de labrar, ha sido el principal elemento compartido por la familia Doix Llagostera para llegar con éxito hasta nuestros días.
Había viñedos plantados con uvas foráneas, Cabernet sauvignon y Merlot, que con el tiempo fueron reinjertándolas. La apuesta de Valentí y Ramón a finales de los noventa era la de las variedades autóctonas. Y así, cuando nadie lo esperaba, tras cinco años de pruebas y con toda la osadía del mundo, en 2009 lanzaron al mercado su 1902 Centenary Carignan, del que te presentamos la añada 2014.
Fue un vino que marcó un hito en la historia de la bodega. Parker lo valoró con 97 puntos. En la época era inédito encontrar un vino que fuera 100% Cariñena de viñedos centenarios, plantados en el año 1902. Un vino exclusivo del que solo se embotellan unas 900 botellas.
También en 2009 se presentaron la primera añada de Les Crestes, el más joven de todos, que lleva en su etiqueta una cresta de gallo para representar la forma de cresta que tiene el viñedo donde se origina visto desde lejos. Salanques tiene algo de más crianza, pero ambos contienen Garnacha, Cariñena y un pequeño porcentaje de Syrah.
Los vinos de Celler Mas Doix son frescos, elegantes, con volumen, pero sin peso en boca. Son vinos que levantan, en vez de tumbar a quien los bebe, como le gusta decir a Valentí Llagostera. Son vinos de viñedos viejos, para un público que aprecia el paso del tiempo como un valor capaz de hacer que la viña y el vino entreguen cosas maravillosas para disfrutar en una copa.
En octubre de 1998, Valentín y Ramón Llagostera crean Mas Doix vendimiando viñas viejas de Garnacha y Cariñena para poner así en valor las uvas que anteriormente se trabajaban en la Cooperativa de Poboleda.
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