Si lo has probado, ya lo sabes. Si no, no te quedará más que rendirte ante el virtuosismo de este grande del mundo del vino. [break]
Y es que a pesar de que Álvaro Palacios tenía todo a su favor para llevar una vida tranquila alrededor de la bodega familiar de La Rioja, sus ganas de crear no tenían límites. Así, consiguió elaborar vinos que miraban de tú a tú a algunas de las mejores etiquetas internacionales.
Para llevar a cabo este proyecto eligió un rincón de Tarragona situado en el corazón del Priorat, zona por aquel entonces olvidada que habría quedado en el ostracismo si no fuera por personajes del vino como él y otros románticos aventureros.
Gratallops es el epicentro en el que este terremoto explotó en los noventa. Un lugar que debes grabar a fuego en tu imaginario porque en sus características y pronunciadas laderas se cultivan unos viñedos llenos de historia y magia.
Para crear sus tesoros utiliza como base Garnacha y Cariñena, que cuentan con una personalidad única en este territorio. El resultado es una auténtica experiencia sensorial para todos los que amamos el vino. Creaciones del Priorat que ya son leyenda y con las que te rendirás al placer más absoluto.
Álvaro Palacios, con una filosofía y personalidad enraizada en la espiritualidad, la cultura y la tradición, llega en 1989 a Gratallops y se enamora del paisaje místico del cultivo de la vid.