Santa Petronila

La bodega se encuentra rodeada de viñas en la zona antiguamente conocida como Tabajete a pocos kilómetros de Jerez, una ubicación caracterizada por la calidad de sus tierras de albarizas. De la mano de sus actuales propietarios, la casa-viña se ha remodelado y actualmente alberga una micro bodega, la más pequeña de todo el Marco de Jerez, un pequeño museo del vino y un alojamiento destinado al enoturismo. 

Variedades

Para la elaboración del Jerez  se usan las variedades Palomino, Pedro Ximénez y Moscatel. En la Viña Santa Petronila predomina la variedad Palomino fino, la más tradicional desde hace siglos, hoy reina indiscutible del Jerez. Para su proyecto de bodega artesanal, donde se vendimia  manualmente y sus vinos envejecen en la propia bodega situada en la viña, utilizan principalmente la variedad desarrollada por Fernández de Bobadilla, llamada Palomino 84.

El clima

El clima de la zona es cálido, con inviernos suaves y veranos secos y calurosos. Disfruta de 173 días con cielo despejado y de 63 a 75 días de lluvia, con una precipitación media anual de 600 litros por metro cuadrado, que complementada por los rocíos nocturnos del Atlántico, son suficientes para el buen desarrollo de las cepas.

Suelos

La campiña presenta horizontes abiertos y terrenos suavemente ondulados, cubiertos de una tierra caliza de color blanco, llamada albariza. Se caracteriza por su alto poder retentivo de la humedad, almacenando la lluvia caída en invierno para nutrir la cepa en los meses secos. Para retener el agua de la lluvia del otoño e invierno, se lleva a cabo en las laderas una labor llamada “aserpia”, que especifica de esta zona. Consiste en formar en las calles de las viñas lomos o caballetes que configuran unas piletas en las que se retiene el agua de la lluvia.  A partir de primavera se deshace esta aserpia y se procura dejar la superficie llana. 

Soleras y criaderas

Sus vinos, al tratarse de una bodega tan pequeña son tratado con mucho mimo y esmero. Siguen el método tradicional de criaderas y soleras y realizan sacas realmente reducidas, de entre 300-800 botellas. Todo ello les permite asegurar que la edad media de los vinos que ponen en el mercado, está en torno a los diez años.