No son una bodega, son un grupo de personas que hacen vinos con una única obsesión: descubrir los más singulares y extraordinarios. [break]
La historia del Equipo Navazos está fraguada en la pasión compartida de un grupo de amantes y conocedores de los vinos generosos andaluces. Un grupo con dos cabezas visibles, las de Eduardo Ojeda y Jesús Barquín.
Conscientes de los tesoros que reposan escondidos en cascos de bodegas del Marco de Jerez y de Montilla-Moriles, Ojeda y Barquín se propusieron recuperar algunos de esos tesoros.
A finales de 2005 empezaron a seleccionar soleras y botas individuales, prestando especial atención a su complejidad y finura, con el objetivo de embotellar series muy limitadas; en principio, para el disfrute y satisfacción propio, y de amigos cercanos.
Tiempo después, el número de botellas en circulación fue creciendo, aunque manteniéndose en los límites de lo artesanal. Solo embotellaban, como máximo, unas pocas miles de botellas y, a veces, tan solo cientos.
El Equipo Navazos fue poco a poco implicándose cada vez más en las etapas previas del proceso de creación de los vinos, desde el mismo viñedo, e incluso asociándose con algunos viticultores para la elaboración de algunos vinos y brandys específicos.
El mérito de la calidad extraordinaria de los vinos que selecciona Navazos es de las generaciones de viticultores y bodegueros que hace siglos crearon la excelencia en la vinatería andaluza: Valdespino, La Guita, Pérez Barquero, Rey Fernando de Castilla, Sánchez Ayala, Páez Morilla, Gracia, Marqués del Real Tesoro y M. Gil Luque, entre otros.