Palacio Quemado

No vamos de farol. No conocemos a nadie, ni aficionados ni profesionales, que no les gusten los vinos de esta bodega de Tierra de Barros. [break]

Y es que Palacio Quemado es caballo ganador. Sus referencias lo tienen todo para convencer: jugosidad, solvencia y una relación calidad-precio que "no te la crees", como asegura nuestra compañera de Selección y Ventas y extremeña de pro, Ana Serrano.

A las riendas está Alvear. La centenaria bodega de Montilla-Moriles aporta todo su saber hacer y excelencia a un proyecto que busca dar a conocer la esencia de la rojiza y arcillosa Tierra de Barros, comarca “hermana” del vecino Alentejo. La cercanía a Portugal deja su impronta en el empleo de variedades como la Trincadeira preta o la Touriga nacional, sin abandonar las propias Tempranillo o Garnacha tintorera. Y todo ello dando infinitamente más de lo que cuestan.

La singularidad de la finca, ubicada en el término municipal de Alange, en el centro de la provincia de Badajoz y cuya historia se remonta a finales del siglo XVII, quedó reconocida en 2015 con su inclusión en la asociación Grandes Pagos de España, convirtiéndose en la única bodega integrante de Extremadura. 

De esta forma se ponía en valor la apuesta de la casa por una viticultura y enología sostenibles para alumbrar lo que han dado en llamar “vinos de terroir”. Y es que las elaboraciones de Palacio Quemado son la fotografía líquida de pagos únicos como los Acilates, donde el viñedo se asienta en suelos calcáreos sobre laderas erosionadas de marcada pendiente.

Exponente de esta zona fronteriza, con clima continental más suave dada su mayor proximidad al Atlántico, es también la gama La Zarcita, a la que además del estreno de añada de la referencia primigenia homónima se suman otras dos novedades: un gustoso monovarietal de Garnacha y su Dão Blanco, coupage fermentado en barrica que fusiona las tradiciones vinícolas portuguesa y extremeña.

La frescura, abundante fruta, buena acidez, estructura y autenticidad de los vinos de la Raya no te van a defraudar. Confía.