Huerto de la Condesa

Así quedamos irremediablemente desde que catamos por primera vez los vinos de esta bodega rondeña, que más que huerto es el jardín de las delicias. [break]

Soñábamos con su estreno en Venta Privada, y por fin ha llegado el momento. No están todos los que son pero sí son todos los que están, y basta esta pequeña gran representación del buen hacer de Huerto de la Condesa para que, al igual que nosotros, caigas prendado por la frescura, la fruta y la redondez plenas que derrocha.

Málaga, y por extensión el sur peninsular, no es tierra de Garnacha por eso resulta sorprendente que ésta sea el pilar sobre el que Luis Cepedano, junto al viticultor y enólogo Agustín Millán, han querido forjar esta apuesta tan valiente y singular. "En 2019 plantamos la viña y apostamos por la Garnacha por el hecho de distinguirnos de lo que hay en Ronda", cuenta Luis. Hoy aquel pálpito se ha tornado en una realidad inapelable: la de unos vinos concebidos para el deleite más absoluto, aquel que no se queda en una sola copa haciendo volar botellas en buena compañía al ritmo de las conversaciones y del chocar de platos y cubiertos.

El concepto de vinos de sed, con su ligereza, fluidez y facilidad de trago, impera en Huerto de la Condesa, Y lo hace demostrando que cuando en la mano se tienen puros triunfos —un viñedo de calidad en conversión a ecológico, altitud, un clima con gran amplitud térmica entre día y noche que facilita la maduración, maestría en bodega y producciones muy contenidas— las partidas se ganan constatando, de paso, que menos es infinitamente más y en ocasiones como ésta, todo.