En Bodeboca somos cazadores de tesoros y estos ‘champagnes’ son algunos de nuestros hallazgos más interesantes. [break]
Gilles Mansard es un maestro 'vigneron' cuyos vinos no aparecen en todas las guías de referencia, y es precisamente por eso que la satisfacción de haberlo encontrado se amplifica como si de un amor a primera vista se tratase.
Nos situamos en el Valle del Marne, colinas rico en arcilla y en terrenos de aluvión, donde esta casa lleva 120 años elaborando sus burbujas.
La bodega familiar cuenta con 24 hectáreas de viñedos distribuidas en 71 parcelas en torno a la localidad de Mareuil-le-Port situada a 20 kilómetros de Épernay, la capital histórica del ‘champagne’. Sin embargo, a pesar de tener una veintena de hectáreas de viñedos de Chardonnay, Meunier o Pinot noir, solo se llegan a utilizar las 1,70 hectáreas mejores. Un arduo trabajo de selección que se traduce en una serie de champagnes únicos marcados por su redondez y opulencia, perfectos para estos momentos del año en los que una copa de espumoso calma la sed y refresca como un chapuzón.
Hoy os traemos cuatro etiquetas muy diferentes entre sí para satisfacer todos los gustos: tres blancos y un rosado muy especial. Gilles Mansard Ancestral Rosé, está vinificado parcialmente como si de un vino tinto se tratase. Se puede afirmar que es uno de los poquísimos champagnes que puede presumir de haber sido valorado con la máxima puntuación de la guía francesa Hachette des Vins, solo a la altura de auténticos titanes de la región como Dom Pérignon Rosé. ¿Estamos o no ante algo grande?
La familia Mansard elabora champán desde 1901. El pionero fue Benoni Mansard, el primer miembro de esta saga que comenzó a vinificar las uvas procedentes de los viñedos de la familia.
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