Tesoros del Mediterráneo

Aprovechando el artículo que acaba de publicar Sarah Jane Evans MW en Decanter, rendimos nuestro particular homenaje a algunos de los productores más interesantes del levante peninsular. [break]

Actualmente vivimos una interesantísima revolución del vino a este lado del mapa liderada por jóvenes elaboradores que están al frente de proyectos llenos de vitalidad que apuestan por lo local. Nombres que merecen nuestro reconocimiento y a los que queremos dar visibilidad en esta pequeña colección en la que encontraréis auténticas joyas bien puntuadas y con suculentos descuentos.

Figuras como José María Vicente, de Casa Castillo, o Rafa Cambra, que ha situado a Fontanars dels Alforins entre nuestros pueblos vinícolas favoritos. Sin olvidar, por supuesto, a Pablo Calatayud, de Celler del Roure, o a Toni Sarrión, de Mustiguillo. No están todos los que son pero sí son todos los que están. Y es que la lista, afortunadamente, crece constantemente con nuevos y dinámicos proyectos que aportan mucha calidad al panorama.

No deseamos pasar por alto en este pequeño tributo a otras personas que están haciendo cosas muy interesantes cerca de nuestro mar más cálido. Es el caso de mujeres como Mara Bañó, al frente de Les Freses, o de Violeta Gutiérrez de la Vega, hija del famoso elaborador de moscateles alicantinos Felipe Gutiérrez de la Vega, que también está representado en esta colección con su Casta Diva Cosecha Miel. Pero hay más nombres que resaltar: Javier Revert, Pepe Mendoza, Juan Antonio Ponce, Pilar Esteve, Julia Casado, etc.

La mayoría de estos elaboradores tienen mucho en común. Para empezar su entusiasmo y su creatividad. Y es que aunque todos tienen claro que parten de unas premisas claras (las variedades locales y el carácter del terruño no es negociable), cada uno pone su toque personal en sus creaciones. No tienen miedo de trabajar con uvas menos conocidas para el gran público como la Arcos, la Giró, la Bonicaire o la Forcallá, pero el carácter del suelo y el clima de la zona siempre está presente en sus vinos, pues lo importante es que la tierreta se exprese a través de cada sorbo.

Todos ellos han propiciado un movimiento con el que procuran salvar viñedos viejos prácticamente abandonados, destinados a ser arrancados en beneficio del voraz interés que siempre rodea a cualquier zona turística. Lo hacen porque en casi todos los casos han sentido la pasión por el vino desde la cuna, y es que muchos proceden de familias vitivinícolas con un legado que merece mantenerse vivo. Ahora, el futuro del vino en sus pueblos y comarcas está en su mano, y con creaciones como las que podéis encontrar en esta colección, damos fe de que cuentan con una gran proyección a orillas del mediterráneo.