Adolfo Sádaba comenzó a asar pimientos en la cocina de su casa allá por los años 60. Sus pimientos en conserva pronto se popularizaron entre amigos y familiares, que comenzaron a hacerle encargos de frascos para sus alacenas.[break]
La demanda de piquillos en conserva tomó tal magnitud que Adolfo, transportista de profesión, tomó la decisión en 1984 de fundar su propia conservera junto a su hijo, Fernando, quien a día de hoy regenta el negocio familiar.
Aunque el rey de la casa era el piquillo asado, la primera conserva que se realizó en las instalaciones fue de espárragos, que por aquel entonces se encontraban en temporada. Le siguieron los pimientos, los puerros, el melocotón, el cardo y la alcachofa.
La familia de vegetales en conserva no ha parado de crecer hasta nuestros días, y a día de hoy la conservera Adolfo Sádaba cuenta con uno de los catálogos de conservas más completo de Navarra.
Para la elaboración de sus frascos y latas esta casa tiene dos máximas: el uso de ingredientes de primera calidad y la elaboración artesanal. Esta combinación ha sido, desde la fundación de esta casa, una apuesta ganadora que le ha permitido posicionarse en el top nacional de las conservas vegetales.