Dominio de Atauta

La Ribera soriana sigue sumando fieles gracias a sus vinos fluidos, elegantes y frescos como los que elabora esta casa, absoluto referente en la zona. [break]

Los que entienden saben que Dominio de Atauta es sinónimo de excelencia. La bodega, vigía del valle mágico enclavado a mil metros de altitud que le da nombre, embotella la esencia de sus viñas antiquísimas con el aplauso continuo de los críticos más reputados. 

La Tinto fino de cepas prefiloxéricas de hasta 180 años brilla, y de qué manera, en todas las creaciones de un proyecto que cuenta con Jaime Suárez en la batuta enológica. 

La tradición vitivinícola de más de cinco siglos de este enclave, el clima extremo escasamente lluvioso y con grandes oscilaciones térmicas, y la citada altitud, junto con una intervención medida y sabia en bodega, alumbran referencias plenas de refrescante finura, fluidez y complejidad.

Aquí hay clase mundial, expresión de unos 25 terroirs distintos y singulares: desde la redonda entrada de gama Torre de Golbán o el acariciador Parada de Atauta, hasta su santo y seña homónimo, compendio de toda la riqueza inagotable del valle presentado también en pack y con copas Riedel, pasando por su apuesta blanca de Albillo mayor fusión perfecta de fruta, mineralidad y roble. 

Como bien recuerda Luis Gutiérrez en su último informe de la región para The Wine Advocate, Dominio de Atauta tiene a gala ser el proyecto que atrajo la atención del planeta vino a la zona más fría de la Ribera del Duero. La calidad sin fisuras de su propuesta continúa explicando el porqué.