En una de las laderas que dominan el golfo de Propriano se levanta, desde 1996, la bodega de Gilles Seroin. Este apasionado enólogo, junto a sus hijos Jeanne y Guillaume, crea vinos que muestran toda la diversidad de l’île de Beauté.[break]
Aunque fue a mediados de los 90 del pasado siglo cuando abrió las puertas Domaine Sant Armettu, el viñedo de la propiedad cuenta con más de 70 años. Fueron Lucien y su hijo Paul (abuelo y padre de Gilles) quienes lo cultivaron en la zona de Sartène, en el sur de la isla de Córcega, a caballo entre el mar y la montaña.
En este paisaje espectacular, en completa armonía con la naturaleza, al resguardo de las montañas, y con la caricia del sol y la brisa del mar, sigue trabajando sus viñas la familia Seroin apostando por una viticultura respetuosa con el medioambiente. No en vano estas se encuentran en proceso de certificación orgánica.
Las variedades tradicionales de la isla y su recuperación centran también el proyecto. Así Domaine Sant Armettu ha dado su espacio y protagonismo a uvas como la Rimenese, la Genovese, la Biancu ghjentile, la Minustellu o la l’Aleaticu que hasta hace solo unos pocos años, estaban apartadas y relegadas en favor de otras foráneas.
Ellas propician la singularidad de los vinos de esta casa, muy variados, pero con un nexo en común: su honestidad y esa riqueza influenciada por el bajo monte corso. Así, al pie de las altas montañas, los suelos graníticos favorecen vinos creaciones ligeras y elegantes, jugosas y muy golosas, mientras que cuanto más nos alejamos en el valle de Tizzano, su suelo arcilloso no regala mayor carnosidad, energía y aromaticidad.