Dominio de Valdepusa

En 2003 Dominio de Valdepusa se convirtió en la primera Denominación de Origen reconocida a nivel nacional y comunitario para una sola finca o pago. La palabra “pago” viene del latín pagus que significa distrito determinado de tierras o heredades. Debe ser un paraje con características distintivas de suelo y  clima,  y con bodega propia en la que se elaboren y embotellen exclusivamente las uvas cultivadas dentro la propiedad.

Desde 1292 la familia de D. Carlos Falcó, Marqués de Griñón, ha estado unida al Dominio de Valdepusa, propiedad histórica ligada al antiguo Señorío del mismo nombre y situada en el valle del río Pusa, en la provincia de Toledo. En ella se ubica un castillo del siglo XII que aún se encuentra habitado por miembros de esta familia.

D. Carlos Falcó, Ingeniero Agrónomo por la Universidad de Lovaina (Bélgica) y titular de un Máster en Viticultura y Enología por la Universidad de Davis (California), ha  sido uno de los pioneros en la modernización de la viticultura y en la elaboración de grandes “vinos de pago” en España. En 2004 fue nombrado “Hombre del Año” del sector del vino por la Guía Peñín Magazine.

El vino Caliza expresa a la perfección la personalidad y mineralidad del pago Dominio de Valdepusa. Su nombre viene del subsuelo de pura caliza, una roca de excelente estructura, porosidad y drenaje, que desde hace siglos en Borgoña y otras grandes zonas vinícolas ha sido considerada como ideal para la producción de vinos de calidad.

Carlos Falcó, Marqués de Griñón, fue el primer elaborador en España de vinos varietales partiendo de la uva Syrah. El mono-varietal Syrah es una serie limitada de sólo 40.867 botellas numeradas.

El Suma Varietalis y el Emeritus son ensamblajes de Syrah, Cabernet Sauvignon y Petit Verdot. El Emeritus se elabora a partir de los viñedos más viejos del pago, y su principal uva es Cabernet Sauvignon (50%); mientras la del Summa es Syrah (50%).

El nombre del AAA –el vino de autor de la bodega que no se elabora todos los años–parte de los conceptos de excelencia –que define la máxima solvencia de países o empresas– y de singularidad. Estas cualidades son enarboladas por las tres hijas de D. Carlos Falcó, de personalidades fascinantes y edades muy diferentes, y que lucen en sus respectivos nombres tres veces la letra “A”: Alejandra, Tamara, Aldara.