Vilano

Tres años después de su última presentación en Venta Privada vuelve Vilano y lo hace más fuerte que nunca, con vinos que se han ganado el cariño de los amantes de la Ribera del Duero. [break]

Durante este tiempo, la bodega ha vivido un importante lavado de cara que ha sentado muy bien a sus vinos, que cuentan con una relación calidad-precio espectacular.

Su Roble, con 90 puntos Suckling a poco más de 6€ y su Crianza, con 91 puntos Peñín por menos de 10€, son dos ejemplos destacados.

Para los más curiosos, el nombre de Vilano procede de cada uno de los ramilletes que salen volando cuando soplamos un diente de león. Hablamos de esos pequeños paracaídas vegetales que transmiten la semilla de la planta y que han dado nombre a este proyecto ribereño que cada día cuenta con mejores críticas.

Pero que nadie se lleve a engaño, pues Vilano no es una bodega de reciente creación ni mucho menos. Fundada en 1957, está actualmente gestionada por los nietos de los viticultores que pusieron los primeros pasos para su instauración hace más de medio siglo, mucho antes de que se fundase la propia denominación de origen Ribera del Duero.

En Vilano les gusta decir que las viñas que aportaron hace más de 50 años ya eran viejas entonces, y ese es el gran patrimonio de esta bodega. Otra de sus fortalezas es que la gran mayoría de esas cepas vinculadas al proyecto se encuentran en un radio de 5 kilómetros de distancia a la bodega, situada en Pedrosa de Duero, lo que minimiza el tiempo que la uva pasa desde que es vendimiada hasta que se recepciona en bodega.

Todas estas características dan lugar a unos vinos con un fuerte arraigo por su origen. Son vinos muy de Pedrosa de Duero, por lo que son fácilmente identificables por los fans de la región. Ahora, con nueva imagen y mejores puntuaciones que nunca, están viviendo una segunda juventud y se encuentran en el mejor momento para disfrutarlos.