Debido al alto volumen de pedidos, las fechas de entrega pueden sufrir temporalmente algunos retrasos. Sentimos las molestias
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El nombre de esta bodega debe su origen a la ciudad de Numancia, que fue sitiada por legiones romanas en el año 134 a. C. y cuyos habitantes prefirieron escoger el camino de la muerte antes que seguir el de la capitulación. Este hecho ha marcado siglos más tarde la filosofía de la bodega, impregnando su trabajo de un halo de resistencia y tenacidad.
Resistencia porque en la zona de Toro el verano es excesivamente caluroso y casi hostil – llegando a temperaturas de 42ºC – y la pluviometría es sumamente escasa, casi en el límite de lo que puede tolerar un viñedo sin irrigación. Sin embargo, estos fuertes condicionantes se equilibran con una milagrosa contrapartida: las características de la tierra. [break]
Sus suelos, de tipo arenoso–arcilloso, proporcionan humedad gracias a una profunda capa sin la cual sería imposible para las cepas sobrevivir a estas condiciones. Además, fue precisamente esta capa arcillosa la que evitó que los insectos de la filoxera pudieran construir sus túneles para acceder a las raíces de las plantas, haciendo que la zona fuera una de las menos afectadas por la plaga.
Numanthia ha conseguido lo impensable. No solo porque logra elaborar vinos con una extraordinaria concentración natural de las viñas más viejas, sino que además, lo hace desde una viticultura sostenible, con una mínima intervención en la vinificación. Y esto lo pueden hacer porque controlan a la perfección el momento óptimo de madurez de la Tinta de Toro, lo que les permite alcanzar una extraordinaria acidez y frescura.
Dos de los mejores ejemplos del buen hacer de su viticultura, caracterizada también por unos rendimientos bajísimos, están reflejados en Numanthia y Termanthia, dos de los vinos de referencia de la casa. El primero es una buena muestra de concentración y elegancia, tánico y con una untuosidad aterciopelada. Termanthia, por su parte, es una joya de una parcela de más de 120 años de edad despalillada a mano, pisada a pie y con doble paso por barrica nueva.
En su añada 2004 alcanzó nada más y nada menos que los 100 puntos Parker, y desde entonces no ha dejado de recibir altísimas puntuaciones de las más prestigiosas guías de vino.
Ubicada en el pueblo de Valdefinjas, Zamora, Numanthia elabora la mejor versión de la Tinta de Toro a partir de algunos de los viñedos más antiguos del mundo.
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