400 años dan para mucho, es una cifra que pocas bodegas tienen el orgullo de poseer. Chivite es una de las afortunadas, y en ese tiempo se ha forjado como una de las grandes referencias del vino español. [break]
Sus orígenes se remontan al siglo XVII, concretamente a 1647, y desde ese momento, el apellido Chivite ha estado presente en grandes momentos históricos, sobre todo en lo que a vino corresponde. Por ello, es siempre una alegría poder contar con ellos y sus sublimes creaciones, desde la legendaria Colección 125, hasta los imbatibles Legardeta y Las Fincas con una relación calidad-precio incontestable.
La comunidad foral es un auténtico referente en lo que al rosado se refiere, una tierra que ha dotado a este estilo de notoriedad y contundencia, elevándolo a la categoría de los más grandes. La bodega capitaneada por Julián Chivite tiene buena parte de responsabilidad gracias a creaciones como Las Fincas Rosado, un vino creado en colaboración con el chef Juan Mari Arzak marcado por lo sutil y lo delicado.
Su Colección 125 es también una gama digna de mención, sobre todo el blanco. Hablamos de un chardonnay fermentado en barrica catalogado como uno de los mejores blancos elaborados en la península. Su creador fue Denis Dubourdieu, un maestro de la enología moderna que asesoraba a mitos como Château d’Yquem o Château Cheval Blanc. Palabras mayores.
Emblemas como los que hoy traemos son los que apreciamos en condiciones los verdaderos amantes de la vida y del carpe diem. Los vividores del presente y coleccionistas de momentos, por muy breves que sean. Y ahora, más que nunca.
La conexión de la familia Chivite con el vino data de 1647. Así lo atestigua un documento notarial con el que Juan Chivite Frías y su cuñada pidieron un préstamo avalando una viña y una bodega.