Charly Nicolle

Puede que los vinos de Chablis se encuentren entre los más selectos del mundo. En parte, debido a su escasez en el mercado. Aquí tienes una excelente oportunidad para disfrutarlos. [break]

Los vinos de Chablis tienen la particularidad de que siendo de Borgoña, en su esquina más noroccidental, son la antítesis de Borgoña.

En concreto, sus Chardonnays a menudo están muy alejados del estilo de blanco con crianza en barrica que habitualmente asociamos con la Borgoña más clásica.

Hablamos de vinos singulares, frescos, limpísimos, minerales, surgidos como un milagro tras superar no pocos problemas en la madurez de sus uvas, cuando no severas heladas que diezman las cosechas.

Una latitud al norte de Borgoña implica un clima semicontinental bastante frío. Esto hace que los vinos tengan una expresión particular y propia en Chablis, donde además, su suelo calcáreo proporciona un carácter salino, incomparable con cualquier otro vino de Borgoña. 

Chablis fue hace millones de años un mar tropical, al igual que Champagne, lo que hace que en el subsuelo haya incontables fósiles y conchas marinas. Por eso, quizás no sea raro encontrar más similitudes con la Chardonnay de Champagne que con la de Borgoña.

En definitiva, estos son vinos de elevada acidez y mineralidad, lo que los convierte en especialmente aptos para acompañar casi cualquier comida. Como en la jerarquía de Borgoña, en el caso de los Premier Cru y Grand Cru, habrá que esperar unos años para entender por qué el vino cuesta lo que cuesta.

En todo caso, aquí te traemos una propuesta que aunque es de boutique, porque corresponde con una pequeña producción de vigneron, también es democrática.

Hablamos de vinos originados en viñedos Premier Cru, clasificados así en gran medida por su orientación sur o sureste, que favorece la maduración de sus uvas. Sin duda, esta es la opción más asequible para beber Chablis de una calidad excepcional.