Capitán Fanegas

¿Puede un posmillenial hacer un vino con 93 puntos Parker que reivindique la vuelta al estilo clásico de Rioja? La respuesta es sí, y solo por eso merece la pena. [break]

El elaborador capaz de conseguir esta proeza es Mario Ruiz-Clavijo, y los suscriptores a nuestro antiguo Club Vignerons lo recordarán por su vino valenciano Heretat de Taverners, que os presentamos el verano pasado. Ahí lo conocimos, pero eso no fue más que el inicio, ya que en Rioja es donde Mario, nacido en 1995, desarrolla su proyecto más personal. Se trata de un homenaje a su abuelo, apodado el Capitán Fanegas.

Antonio Ruiz-Clavijo era abuelo de Mario y todos en su familia lo llamaban cariñosamente el Capitán Fanegas por la cantidad de viñedos que atesoraba en propiedad. Así que cuando en 2009 falleció, su nieto quiso rendirle homenaje recuperando unas antiguas viñas de las que el propio Antonio renegaba al no poder sacarles el rendimiento que deseaba como agricultor.

Son unas 6 hectáreas de viñedo repartidas en media docena de parcelas que en muchos casos no llegan a superar la hectárea de extensión. Estas se ubican a unos 12 kilómetros al sur de Logroño. En concreto, junto a una pedanía de nombre bien curioso: La Unión de los Tres Ejércitos, situada junto al Valle del Iregua.

Curiosamente, esta zona de altiplano no ha sido históricamente una tierra de viñedos, ya que la mayoría de agricultores del pueblo han vivido del cultivo de la aceituna y del cereal. Sin embargo, con el cambio climático, la tierra está deparando agradables sorpresas a aquellos viticultores que decidieron apostar por ella, nos cuenta Mario. “Mi abuelo fue pionero en plantar viña aquí, y ahora, incluso en años de sequía, se obtienen uvas de una calidad media muy buena”, nos ha explicado el joven viñador.

De aquí Mario obtiene una pequeña producción que actualmente se traduce en menos de 10.000 botellas en total, y que en el mejor de los supuestos, nunca podría alcanzar más de 30.000 con el actual viñedo del que dispone. Estamos por tanto ante un proyecto tan pequeño como mimado, del cual se obtienen microvinificaciones con una personalidad muy marcada, buscando el carácter de los riojas de toda la vida, para lo cual se realizan largas crianza en barrica y en depósitos de cemento.

Esta especie de milagro no ha pasado desapercibido para el mismísimo Luis Gutiérrez, que en su último informe sobre vinos de Rioja destacaba el proyecto de Capitán Fanegas como “un descubrimiento nuevo en la D.O. muy a tener en cuenta”. No es para menos contemplando las puntuaciones de los tres vinos que a día de hoy componen el proyecto: 93 puntos para el blanco con crianza de la colección, 91 para el Selección Especial y 92 para el Grand Terroir, el tope de gama de una serie que no debería faltar en vuestra bodega si os consideráis unos verdaderos descubridores de pequeños tesoros.