Bodegas Tradición

La pureza de Jerez ha regresado. Esto debería ser un seísmo entre los amantes de los que son considerados por muchos como los mejores vinos del planeta: los generosos del Marco de Jerez. [break]

Y venimos con toda la artillería preparada para estimular tus sentidos. Te acercamos 6 vinos y 2 brandies que emocionarán al más pintado. 

No cabe otra forma de calificar a esta amalgama de ambrosías que como “artillería pesada”, un gran espectáculo el que nos procura Bodegas Tradición con sus tres vinos VORS y sus dos VOS, junto con los dos brandies de la casa que te conducen directamente al éxtasis. 

Empezamos con un estreno por todo lo alto: la saca de junio de 2020 de su fino, que ha alcanzado los 95 puntos Peñín. Estamos hablando de un fino en el que el velo de flor ha hecho un trabajo extenuante al llegar hasta una crianza media de 12 años. Es un vino sápido, rotundo, punzante, pleno, que nos llena la boca de matices. Una auténtica locura que como todos los vinos de la bodega se trasiega manualmente y se embotella en rama. Solamente se sacan al mercado 6.000 botellas al año.  

Y después vienen todos esos vinos que hacen grande a una bodega y a la tradición vinícola de todo un país. España le debe mucho a estas joyas, tesoros que engendran cultura. Y es que son auténticas obras de arte que bien podrían estar en un museo. Esos VORS con más del mínimo de 30 años de crianza exigido, y esos VOS con una vejez media de más de 20, dejan claro que Tradición adelanta por la derecha esas categorizaciones dejando que su Amontillado, Palo Cortado, Oloroso, Cream y Pedro Ximénez pasen más años descansando en unos camastros que los pulen y los convierten en inspiración de poetas y músicos. 

Y no es que en Bodegas Tradición se pasen unos añitos con las crianzas mínimas para cada vino que estipula el Consejo Regulador, es que su Amontillado y su Oloroso rondan los 45 años de vejez media. Todos se sacan a cuentagotas para poder cumplir con estándares tan bestias. 

Si después de estos vinazos pensábamos que no podría haber algo más grande, al final de esta venta aparecen como ilustres invitados los dos brandies de la casa, con muchos años a sus espaldas y con una excelsa suavidad y dulzura.  

Como en Tradición las cosas se hacen muy bien y se cuida hasta el último detalle, todas y cada una de las botellas están numeradas a mano en la etiqueta frontal por José Blandino, el mítico capataz de la bodega asentada en el Paseo de los Cordobeses de Jerez.

La emoción nos embarga tras haber catado todas las botellas de esta venta. Hemos quedado atrapados ante tanta belleza.