Bodegas Juan Gil

Es bastante improbable que alguien no conozca al superventas Juan Gil Etiqueta Plata hoy día. Es el vino que puso en el mapa a Jumilla y que siempre ofrece garantías. [break]

Suele estar entre los más vendidos y también entre los mejor valorados. 93 puntos Peñín avalan su añada 2015. Un precio de menos de 10 euros lo posiciona de nuevo como una Monastrell de imbatible relación calidad-precio.

Hasta aquí todo es bastante obvio y como en Bodeboca siempre queremos saber más, con esta Venta Privada os desvelamos algunas anécdotas de la familia Gil. Cuatro pequeñas historias que seguro compartiréis la próxima vez que descorchéis este vino.

La primera cosecha de Juan Gil fue la de 2002. La misma catada y puntuada por Robert Parker Jr. quien lo comparó en cata ciega con grandes de Burdeos (de cifras que quintuplicaban al menos su precio) y concluyó que ninguno le había hecho sombra. De hecho, en una fiesta privada del propio Parker en Baltimore, Juan Gil fue el vino tinto servido.

Juan Gil es, en efecto, un nombre y apellido familiar. En la línea directa desde el bisabuelo Juan hasta el sobrino nieto Juan, son más de diez los Juan Gil que han existido en la familia hasta el momento, además de los Juanes que tienen el apellido materno Gil y no parece que se vaya a acabar. Tampoco el vino. 

Eso sí, en 2007 estuvieron a punto de renunciar a la salida al mercado de Juan Gil y es que debido a un exceso de lluvias muy cerca de la vendimia de ese año, solo se elaboró una pequeña cantidad. Quien tenga en casa alguna botella de esa añada se puede considerar muy afortunado.

Para terminar, la famosa etiqueta de Juan Gil en realidad no es una cepa vieja como mucha gente presupone. Es un cerezo japonés inspirado en los muchos que poblaban las calles de Washington DC. De hecho, en una presentación del vino en el país nipón, esta revelación por parte de la familia supuso una reverencia y todos los asistentes pidieron autógrafos firmados en las etiquetas de las botellas.