Este proyecto elabora vinos en un pueblo llamado Cazalla de la Sierra, al sur de España y al norte de Andalucía. Entre las montañas de Sierra Morena cultivan viñas en orgánico, de forma natural, como lo han hecho sus antepasados durante siglos. [break]
Allí, las condiciones climatológicas son idóneas, la composición geológica del suelo es especial y además se ha elaborado vino durante 7 siglos.
De hecho, se llegó a tener 4.500 hectáreas de viñedos. En el S. XVI Cervantes los citaba como los mejores vinos de la península y también se los llevó Colón a América. Aún quedan cientos de lagares dispersos entre las montañas y ánforas centenarias con las que se elaboraba el vino.
Y por estas razones, en 2013 unieron fuerzas José Antonio Acosta y Pedro Cano, amigos de toda la vida y socios, un enólogo y un arquitecto que se reconvirtieron en viticultores y bodegueros.
Cultivan viñas entre dehesas de alcornoques, monte mediterráneo, el cerdo ibérico y la oveja merina. A unas altitudes que oscilan entre los 600 y 900 metros. Viven en un clima con lluvias primaverales generosas, y una amplitud térmica en época estival de más de 20 grados, bajas temperaturas invernales y un gran número de horas de sol. No en balde están en Andalucía.