Ignios Orígenes

Dicen que las grandes empresas se gestan casi siempre por la cabezonería de alguien. En la bodega que hoy os presentamos se podría aplicar porque su protagonista, Borja Pérez, tenía sólo 25 años cuando se le metió entre ceja y ceja embarcarse en un proyecto que todos miraban con mucho escepticismo.

Con una bodega muy básica, sin inversión en tecnología y con unas variedades sumamente complicadas se inicia el proyecto de Ignios Orígenes. Vinos canarios que curiosamente empezaron a venderse en Estados Unidos salvo una caja que se queda en la isla y que pasaría a convertirse en un objeto de deseo, dado lo limitadas que son sus producciones. [break] 

El mercado norteamericano demanda cada vez más vinos singulares y la propuesta de Borja encajó como anillo al dedo. Empezó con unas viñas que estaban abandonadas y que según nos cuenta él mismo “metió en vereda” no sin mucho ensayo y error. Los resultados acompañaron y sus vinos, que son realmente difíciles de encontrar en el mercado interior, se comercializan en selectos puntos con un sistema de cupos.

Ingeniero agrícola y aunque joven, Borja lleva toda su vida en bodega. Ha viajado mucho y la experiencia en su caso es un grado. Se arriesgó y trazó una línea clara aunque sus colegas bodegueros en la isla no fueran por ese camino. Es un apasionado de las variedades de su tierra y Canarias es un verdadero jardín de uvas autóctonas por conocer. Los orígenes volcánicos de las islas marcan la mineralidad de los vinos y la influencia de los vientos alisios, que arrastran parte de la humedad del mar, dejan una cierta impronta salina en los mismos.

Hemos seleccionado entre sus vinos su blanco Ignios Marmajuelo, nariz exótica, muy equilibrado en boca, con mimbres suficientes para aguantarlo y comprobar las bondades de una buena evolución en botella. Una flor del jardín canario que sobresale entre lo más conocido y que a pesar de su complejidad se deja beber fácilmente.

El Ignios Baboso negro son palabras mayores. Un tinto que se debe probar con el ánimo para dejarse sorprender. Sus aromas intrigantes y su acidez cítrica lo convierten en un tinto diferencial y probablemente lo mismo hayan pensado en el celler de Can Roca puesto que lo incorporarán próximamente en su carta. Esperamos que os animeis a tenerlos también en vuestras mesas.