Viña Montes

Hubo un tiempo, no muy lejano, en el que las bodegas apostaban por la cantidad y no por la finura y la calidad. Y Viña Montes llegó para romper con esta mala costumbre.[break]

Fundada en 1987, esta casa puso todos sus esfuerzos en crear vinos excelsos, aunque ello le supusiera poner en el mercado la mitad de botellas de las que podía elaborar. Hoy, más de 30 años después, recoge frutos muy dulces derivados de aquella difícil decisión.

En este proyecto, la sostenibilidad de los viñedos se sitúa por encima de todo, y en todo momento, sirviéndose de la mejor tecnología, vanguardista y adaptada a sus necesidades. Pero no solo eso; a modo de curiosidad, os contamos que es común ver llamas pastando entre sus cepas, alimentándose de las malas hierbas que crecen entre las vides. Porque la tecnología está muy bien pero hay momentos en los que es mejor dejar que la naturaleza, que es sabia, siga su curso. Y este es uno de ellos.

Pero volviendo a los vinos que salen por las puertas de Viña Montes, te ofrecemos algo que muy pocos pueden: una selección de sus referencias premium. La bodega no solo cuenta con el aplauso de los aficionados a los vinos del Nuevo Mundo, sino también de los críticos y publicaciones especializadas. Así, encontramos sus fincas en el listado de mejores viñedos del mundo según los World's Best Vineyards Awards y sus vinos son abonados a las listas de mejores vinos del mundo según Wine Spectator. James Suckling y Tim Atkin tampoco son ajenos al proyecto, como te habrán dejado adivinar sus apabullantes puntuaciones. Palabras mayores.

Un enclave único, una filosofía con el mimo en el epicentro y una viña muy cuidada han permitido posicionar al proyecto entre los más destacados dentro del panorama vinícola chileno. Hoy tenemos la fortuna de disponer de ellos y de poder empaparnos de su halo a este lado del globo. Porque, al fin y al cabo, esto de los vinos va, precisamente, de poder viajar utilizando una copa como único medio de transporte.