Peique

Abuelos, padres y ahora hijos. Tres generaciones contemplan a la bodega de Valtuille de Abajo desentrañando la esencia de su terruño y de su variedad reina.[break]

La familia Peique es referente en el Bierzo. Con el fruto de sus viñedos viejos con alma joven elaboran vinos sin prisas, dándole a cada uno el tiempo necesario para brillar y mostrar en copa el carácter de una tierra noble y acogedora y de una Mencía delicada, frutal y muy placentera.

Dos “Ramones”, Valle y Peique, abuelo y tío abuelo respectivamente de la actual generación al frente de la casa, plantaron la mayoría del viñedo en su pueblo natal en la primera mitad del siglo pasado. Y sobre esa base de riqueza incalculable sigue en pie un proyecto familiar que ha ido afianzándose en su calidad y buen nombre. 

Aunque los Peique también cultivan y elaboran la Godello, la tinta Mencía es su estandarte y niña mimada. La edad de los viñedos, su ubicación a hasta 600 metros de altitud, el clima de la zona atlántico pero de inviernos suaves y veranos templados, la variedad de suelos con arcillas, pizarra y canto rodado y una viticultura respetuosa con el medioambiente cincelan una uva excepcional, la base inmejorable para vinos muy aromáticos, intensos, con buena frescura y acidez y un paso que es caricia. 

Todos van a convencerte, pero merece la pena anotar dos recomendaciones. La primera, que en realidad es doble, es su Ramón Valle, tanto en la añada 2021 como en la 2018, que precisamente le valió el premio al mejor vino del Bierzo en los Decanter World Wines Awards 2020. La segunda es la primera cosecha de El Rapolao, uno de los vinos de paraje que Peique elabora desde 2019, y que ofrece la impresión líquida de un enclave ya mítico en el que hunden sus raíces cepas casi centenarias. “Es un reto, una aventura anual”, cuentan desde la propia bodega. Razón de más para querer embarcarse en ella y probarlo.