Kressmann es hoy el sello de uno de los más antiguos négociants de Burdeos, capaces de ofrecernos vinos de altísimo nivel a un precio increíble. Imposible resistirse. [break]
Edouard Kressmann fue un hombre visionario donde los haya. Además de fundar una firma de vinos con más de 150 años de historia, supo ver la oportunidad en un momento devastador para el viñedo bordelés: la plaga de la filoxera a finales del siglo XIX.
En aquel momento Kressmann vislumbró el potencial que tenían algunas propiedades que no estaban clasificadas como grand cru, pero que tenían un terruño excepcional. Empezó a seleccionar los mejores para después ensamblar sus vinos y consolidar su propia marca como comerciante que compraba vino, mosto o incluso uvas, es decir, lo que se conoce en Francia como négociant.
Bajo esta filosofía, en 1897 lanzó al mercado una gama de vinos llamada Kressmann Monople, a la que pertenecen los dos vinos que te presentamos en esta Venta Privada. Ambos son el resultado del ensamblaje, tras una rigurosa selección, de grandes terruños bordeleses, donde las variedades plantadas están especialmente bien adaptadas.
Los vinos de Kressmann fueron servido en la mesa del rey de Suecia, Gustave V, y también del general De Gaulle y otras tantas personalidades que empezaron a tomarlos como referencia de calidad. Además, cuenta la leyenda que la soprano italiana Adelina Patti propició el nombre de Monople, ya que solía pedirlo así: "Ese pequeño Graves seco del que Kressmann tiene el monopolio".
Era una época en la que Kressmann destacó por encontrar la armonía entre terruños distintos y el equilibrio en la dificultad, cuando el panorama era desolador. Su manera de ver las cosas y afrontarlas le llevó a ser reconocido internacionalmente. Y para muestra, dos botones: el blanco de Sauvignon blanc, y el tinto que contiene el coupage bordelés por excelencia de Merlot, Cabernet sauvignon y Cabernet franc.
Ninguno de los dos supera los ocho euros en esta Venta Privada. Son estupendas opciones para experimentar lo que significó aquel momento en Burdeos y entender que el paso del tiempo viene, en este caso, a engrandecer una marca. Tanto el blanco como el tinto representan posiblemente la mejor relación calidad-precio que podíamos encontrar en Burdeos. Y cómo no, teníamos la obligación de presentártelos.
La selección de los mejores terruños y la combinación de los mejores vinos han sido dos máximas que se han mantenido desde la fundación de esta bodega en el siglo XIX hasta el día de hoy.
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