Héritiers du Comte Lafon

Comprar un vino caro es fácil. Lo difícil es enterarse de que algunos elaboradores míticos elaboran proyectos más asequibles que poco tienen que envidiar a los grandes. [break]

Dominique Lafon es un buen ejemplo de ello. Un mito en Montrachet, cuna de algunos de los blancos más caros y buscados del mundo. De hecho, él es el único productor en Mersault con parcelas en los mejores terruños de la denominación, como Charmes, Perrières o Genevrières, por mencionar algunas de ellas.

Inquieto y visionario, Dominique Lafon hizo en 1999 un movimiento arriesgado. Consciente de que comprar uva en la Côte d'Or era carísimo, incluso para él, puso su mirada en una zona con historial de cooperativismo y grandes volúmenes: Mâcon. Y allí compró parcelas en una finca del pueblo de Milly-Lamartine, que rebautizó como Les Héritiers du Comte Lafon. ¡Bingo! 

Una zona que se encontraba a tan solo una hora de distancia de Mersault, con el mismo suelo (piedra caliza) y la misma uva (Chardonnay). Solo era cuestión de tiempo que su receta surtiera efecto. Gestionar los viñedos en biodinámica, mantener los rendimientos controlados y hacer una selección rigurosa en la vendimia, ligeramente adelantada con respecto a la Côte d'Or, ya que aquí el clima es más cálido. 

En bodega, logró conservar la fruta y la mineralidad de la Chardonnay usando madera más grande y neutra para el envejecimiento de sus vinos. Jancis Robinson define este proyecto muy bien en uno de sus artículos: "Héritiers du Comte Lafon es la forma asequible de experimentar el toque mágico de Dominique Lafon".

Nosotros decimos que es una compra astuta. Si buscas un blanco principalmente afrutado, harás bien eligiendo Le Monsard. De perfil elegante, mineral y frutal, destaca Les Maranches, fruto de una mezcla de parcelas. Para dedicarle tiempo elige Saint-Véran, un blanco top complejo y vibrante. Todos ellos son ideales para tomar como aperitivos o en una comida al aire libre ahora que empezamos a disfrutar de los primeros rayos del sol de primavera.