Más de tres décadas avalan la trayectoria de esta conservera familiar. Hoy se estrena en nuestras Ventas Privadas con una selección de sus mejores vegetales.[break]
La historia de esta conservera comienza 20 años antes de su fundación. Adolfo Sádaba, transportista navarro, se aficionó a asar pimientos en la cocina de su casa allá por la década de los sesenta.
A fuego no muy fuerte, pelándolos a mano y sin que el vegetal toque en ningún momento el agua, Adolfo consiguió los piquillos que le hubiera gustado encontrar en los restaurantes y en los mercadillos de su zona.
Pronto se popularizó la calidad y el gran sabor de sus frascos de pimientos, y tanto amigos como familiares comenzaron a hacerle encargos de tarros para sus alacenas. Llegó un día, en 1984, en el que la cocina de su casa se le quedó pequeña, y junto a su hijo emprendió la aventura de fundar su propia conservera en la localidad navarra de Mendavia.
Adolfo compaginó la empresa familiar con su trabajo como transportista hasta que se jubiló, así que fue su hijo Fernando quien se hizo cargo de la conservera. Todavía hoy es Fernando quien continúa al frente del negocio siguiendo dos máximas: el uso de vegetales de primera calidad y la elaboración artesanal.
La conservera tiene acuerdos de colaboración con agricultores locales para conseguir la mejor materia prima. El entorno de Mendavia está bendecido con un microclima excepcional para la agricultura de verduras y hortalizas. Además, el río Ebro baña estas tierras y le otorga la humedad y nutrientes necesarios para que los vegetales sean de la mejor calidad, cosecha tras cosecha.
Una vez la materia prima entra en la conservera esta se trata con el mayor mimo para que pueda consumirse en casa como si acabáramos de recolectar los frutos. La elaboración en Adolfo Sádaba se realiza de forma totalmente artesanal, de tal forma que todos los productos conservan sus sabores y propiedades.
Las conservas vegetales que encontrarás en esta Venta Privada son una perfecta radiografía de la huerta navarra. Desde pimientos (el producto estrella de la casa y elaborado con una receta secreta) hasta espárragos, pasando por menestra, pencas, borraja, alcachofa e incluso legumbres como guisantes, pochas y alubias tolosanas. Todas ellas se encuentran listas para calentar y consumir directamente o bien, si es que sois cocinillas, como ingrediente principal de platos con más elaboración.
Adolfo Sádaba comenzó a asar pimientos en la cocina de su casa allá por los años 60. Sus pimientos en conserva pronto se popularizaron entre amigos y familiares, que comenzaron a hacerle encargos de frascos para sus alacenas.