Debido al alto volumen de pedidos, las fechas de entrega pueden sufrir temporalmente algunos retrasos. Sentimos las molestias
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La bodega que a principios de los 90 creó el cantautor Lluis Llach junto a su amigo Enric Costa no podría entenderse en otro contexto que el que ofrece Porrera. [break]
Porrera es una pequeña población del Priorat, rodeada de viñedos plantados en vertiginosas pendientes. Un lugar con una atmósfera especial, donde el tiempo parece ir más despacio, quizás sugestionado por la curiosa presencia de numerosos relojes de sol dispersos por sus calles. Aquí, Lluis Llach encontró su sitio y comenzó a hacer vino, un vino hecho a la medida de Porrera y de su propia filosofía vital.
Desde hace tres años Albert, hijo de Enric Costa, se encuentra al frente de la bodega. Su mezcla de juventud, experiencia (ha estado desde los 10 años en contacto directo con el vino) y amor por la tierra es palpable. Este joven enólogo representa la continuidad y al mismo tiempo dota de personalidad y vitalidad a un proyecto que ya bebía de buenas fuentes desde sus inicios.
El proyecto contaba como materia prima con unas cepas centenarias de Cariñenas y Garnachas y a la vez se apoyaba en una filosofía en la que siempre ha primado el rigor y la producción controlada. Además, Celler Vall Llach tiene en propiedad y en arrendamiento un conjunto de fincas centenarias que la gente del Priorat denomina trossos. Elegidos por la asombrosa antigüedad de sus cepas, están situados en unos parajes de condiciones ambientales envidiables. Sus pendientes impresionan por su inclinación, impidiendo todo tipo de trabajo mecanizado y obligando al ser humano a mantener con ellos una relación muy cercana.
De esa relación nacen cuatro tintos que expresan, cada uno a su manera, las bondades de una tierra excepcional que tiene en sus vinos a sus mejores embajadores. Embruix de Vall Llach es el vino joven de la casa que sorprende por su complejidad y potencia; Idus de Vall Llach es elegante y moderno; Porrera rescata el concepto de vino de pueblo y sintetiza lo mejor de las variedades autóctonas. Un blanco singular, que sólo sale al mercado en añadas excepcionales, llamado Aigua de Llum, completa esta venta de una de las bodegas clave del Priorat.
Celler Vall Llach se creó a principios de los años 90 por el cantautor Lluís Llach y el notario Enric Costa en Porrera, uno de los nueve pueblos que conforman la D.O.Q. Priorat.
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