Cabeças do Reguengo

El trabajo en la viña bien podría parecerse a una coreografía. Un baile entre enólogo, vides y variedades que da como resultado una danza única e irrepetible. Y entre pasos y piruetas llegó João Afonso a Alentejo.[break]

Él, exbailarín de profesión y 'winelover' por vocación, decidió hacerse con una diminuta parcela, prácticamente abandonada, allá por 2009. La ubicación elegida no fue casual: el Reguengo, en la región de Portoalegre de Alentejo, se prometía como un auténtico oasis lleno de oportunidades para João.

Esta finca se encontraba, como es habitual en Portugal, salpicada por un sinfín de variedades, dispuestas de forma totalmente desordenada. Imperaban y siguen haciéndolo las variedades locales como son las tintas Trincadeira, Aragonez, Alicante Bouschet, Castelão y Grand Noir, así como las blancas Arinto, Assario, Fernão Pires, Roupeiro y Alicante branco. Así, saber qué porcentaje de cada casta le dedica el elaborador a cada una de sus creaciones se antoja verdaderamente complicado, siendo difícil la réplica añada tras añada y poniendo en valor el enorme trabajo que realiza la dupla viñedo-bodega.

Afonso sigue los preceptos de la viticultura biodinámica para el cuidado de sus cepas. La parcela, situada a 600 metros sobre el nivel del mar y asentada sobre suelos graníticos, aporta vinos realmente frescos para la calidez del clima de la zona. Éstos, con cuerpo y personalidad, invitan a seguir bebiendo y a descubrir una zona que deja patente que la viña aguarda increíbles sorpresas para aquellos que gozan de la virtud de la paciencia.

Aquí encontrarás tres tintos y tres blancos, perfectos para explorar la zona y el enorme trabajo de João Afonso en una tierra imprescindible para los expertos, aún por descubrir para los amateurs. Que comience el baile.