Marqués de Vargas

En 1989, el marqués de Vargas cumplió el sueño de su padre: construir una bodega familiar en Rioja. Hoy el legado trasciende para abrazar lo mejor de España. [break]

Don Hilario de la Mata soñaba con una casa al más puro estilo ‘château’ bordelés, y su hijo Pelayo, décimo primer marqués de Vargas y conde de San Cristóbal, hizo realidad ese deseo en pleno corazón de la Hacienda Pradolagar. Pero la casa no se conformó con dominar una sola región: hoy elaboran tintos en Ribera del Duero, en la propiedad Conde de San Cristóbal, con la misma filosofía de respeto al terruño, y blancos en Pazo de San Mauro, Rías Baixas, que capturan toda la frescura atlántica.

Sus 52 hectáreas de viñedo se organizan en 32 parcelas diferenciadas según el tipo de suelo, el microclima y la variedad. En ellas, Tempranillo, Garnacha y Mazuelo se cultivan con mimo y bajo criterios plenamente sostenibles, sin herbicidas ni pesticidas, para obtener vinos longevos y expresivos.

Entre depósitos y barricas, cada elaboración se trabaja con paciencia y precisión bajo la dirección de la enóloga Ana Barrón y el asesoramiento de Xavier Ausás, exdirector técnico de Vega Sicilia. El resultado son etiquetas que capturan la singularidad de su terruño y que, al mismo tiempo, comparten un rasgo común: elegancia, finura y frescura. Tres grandes cualidades en una misma botella.

Disfrutarlos ahora es un acierto seguro; dejarlos reposar, en cambio, es permitir que su longevidad y evolución transformen cada copa en un momento verdaderamente memorable.