La tradición conservera de La Rioja data de mediados del siglo XIX. Conservas Serrano se sumó a esta tendencia poco después, en 1880.[break]
La ubicación de esta empresa familiar no fue casual. En Calahorra, a medio camino entre Tudela y Logroño, la posibilidad de hacerse con los mejores frutos de la huerta navarra y de la huerta riojana era mayor, por lo que esta localidad se convertía en un enclave estratégico para las conserveras.
Ya antes de finalizar el siglo XIX más de 40 empresas dedicadas a las conservas del pimiento morrón dulce y a la pasta de tomate se habían asentado en Calahorra. Con la fundación de Conservas Serrano dio comienzo una tradición familiar que aún hoy continúa, con la cuarta generación de esta estirpe al cargo de la conservera.
Durante estos 130 años de historia Conservas Navarro se ha adaptado a los nuevos tiempos y a los gustos de sus clientes, sin perder de vista la tradición y el trabajo manual que siempre les ha caracterizado.