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España
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Castilla-La Mancha
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Méntrida
La denominación reúne dos condiciones privilegiadas para la elaboración de vinos con alta calidad: viñedos antiguos, de baja producción, basados casi en su totalidad en la autóctona Garnacha y terrenos con unas características especiales que se resumen en unos suelos arenosos de origen granítico, ácidos y con muy poca cal. Estos suelos están sustentados sobre una gran roca madre granítica, un sustrato pobre adaptado desde antiguo al cultivo de la vid.
Hablar de Méntrida es hablar de la Garnacha, que ocupa más del 80% del viñedo. Suelen ser cepas viejas y con producciones bajas, dando lugar a unos vinos de terruño que suelen ser elegantes, frescos y minerales. Lo cierto es que parte del secreto del éxito reciente en esta denominación tiene que ver con una elaboración respetuosa y con un cambio de mentalidad, que busca representar a través de sus vinos la identidad de los pueblos que los ven nacer.