Vincent Girardin

Su ambición y el buen conocimiento que poseía sobre esta material le permitieron crear su marca y poder dedicarse a su gran pasión.

Gracias a la calidad de sus vinos se reconoció su labor a nivel internacional de forma rápida, lo que le permitió ampliar su producción. Para poder hacer frente a una gran demanda desarrolló un método de trabajo que por entonces no era utilizado en Borgoña: compraba uvas a otros productores que compartían con él los estándares de calidad que Girardin había establecido para sus viñedos. 

El bodeguero continuó al frente de este proyecto hasta el año 2000. La empresa experimentó un cambio profundo con la llegada del enólogo Eric Germain, pues él confiaba en que lo verdaderamente importante es centrarse en la esencia del vino y dar aún más relevancia a los terroirs de Borgoña. 

En el año 2012 Girardin vendió su parte a Nié, Presidente de la Compagnie des vins d’Autrefois en Beaune. El nuevo dueño decidió continuar con el negocio tal y como su predecesor lo había configurado.

Unos años antes de este cambio de dueños la explotación de los terrenos pasó a seguir los principios biodinámicos. Desde entonces se da preferencia a comprar materia prima que haya sido cultivada bajo una serie de condiciones: que no se hayan utilizado herbicidas o insecticidas, que la tierra haya sido arada en profundidad, que solo se usen abonos de procedencia natural, que el enrejado de los viñedos fuera alto para propiciar una correcta fotosíntesis y que las uvas pasen por una doble selección, entre otros. 

En Maison Vincent Girardin elaboran sus vinos según las premisas establecidas por su fundador. La fermentación se realiza de forma lenta y gracias a las levaduras naturales presentes en las uvas. El envejecimiento se efectúa sobre sus lías finas en barricas de roble francés, y a la hora de embotellar sus vinos se rigen por el calendario lunar.