La larga historia de esta finca comenzó en 1898 con Salvatore Contini, que recibió la medalla de oro en la Exposición Internacional de Milán, en 1912, por su Vernaccia di Oristano. Este fue el primer vino de Cerdeña en recibir la distinción de denominación de origen con carácter oficial. Hoy la familia continúa elaborando vinos adaptados a los nuevos tiempos, pero sin perder su vínculo con la Cerdeña clásica.