Pago de Larrainzar

Bodegas Pago de Larrainzar es el sueño hecho realidad de la familia Canalejo Larrainzar, desde siempre vinculada al mundo vitivinícola. Es un proyecto renovado, muy reciente en el mercado, pero que ya es un referente entre las bodegas de Navarra.

La familia Larrainzar es propietaria desde hace seis generaciones de una extraordinaria finca de 150 hectáreas en Ayegui (Navarra), colindante con el Monasterio de Irache, en un bello paraje a la vera del Camino de Santiago. Allí se plantó entonces un viñedo de tempranillo del que salieron pequeñas producciones de un vino apreciado en su tiempo, que llegó a ganar la medalla de oro en el certamen de vinos que se celebró en 1929 con motivo de la Exposición Universal de Barcelona.

Para Miguel Canalejo todo esto forma parte de su historia y de su memoria, y lo retoma con fuerza con Bodegas Pago de Larrainzar. Y como entonces, se trata de un proyecto familiar, desarrollado en una tierra concreta, para elaborar tintos con carácter y personalidad, y dotado de algo todavía más importante, alma.

Y esa alma de Pago de Larrainzar se encuentra en su viña, junto a la bodega, cuidada al detalle, como paso indispensable para elaborar vinos de calidad.

Son solo 15 hectáreas, pero es también un viñedo complejo en su manejo y estructura, ya que se trabaja con 10 pagos diferenciados, según variedades, clones, portainjertos y orientación y características de las parcelas y sus subsuelos.

De este viñedo surgen sus dos únicos vinos, siempre a partir de su propia uva, coupages de sus 4 variedades, con producciones anuales muy limitadas, que en menos de cinco años se han convertido en una referencia del Navarra moderno.

Pago de Larrainzar es la carta de presentación de la bodega. Un vino elegante, equilibrado, complejo y frutal, pero con un aporte justo de buenas maderas francesas. Fruto de un ensamblaje de infarto, ya que cada parcela es vendimiada, fermentada y envejecida por separado, en diferentes capacidades, tostados y casas toneleras, lo que hace que antes del ensamblaje final se caten decenas de vinos distintos.

Raso de Larrainzar es el nuevo fruto de la bodega, recién incorporado al mercado. Sigue su perfil de madurez y modernidad pero es algo más sencillo, de trago largo, con un rotundo dominio de la fruta, apuntes minerales  y bien medida crianza. Equilibrado, amable en los taninos, sabroso y gustoso.