El Bierzo, una de las zonas emergentes del vino más especiales que podamos encontrar, no para de sorprendernos. Si todavía no ubicáis Valtuille de Abajo en el mapa de nuestro extenso panorama vinícola ahora es el buen momento. Es una especie de pequeño Borgoña, lleno de parcelas en minifundio, dividido por zonas que se reparten entre distintos propietarios, uno de ellos, la familia de Raúl Pérez, posiblemente el enólogo español más rompedor de los últimos tiempos.
Si no conocéis a Raúl Pérez merece la pena que leáis la entrevista que le hicimos para nuestro blog para entender su particular forma de entender el vino. Probablemente el rasgo más diferenciador de su proyecto resida en una obsesión sana por conseguir vinos verdaderamente atlánticos, es decir, vinos con mucha frescura y poco grado alcohólico. La familia de Raúl es conocida ampliamente en la zona de Valtuille, levantaron una de las primeras bodegas (Castro Ventosa) y tienen en propiedad 80 hectáreas repartidas en ese bonito puzzle que es el viñedo del Bierzo. [break]
Raúl empezó su proyecto personal con Ultreia, muy codiciado en círculos de entendidos y aficionados por sus escasas producciones. Con el paso de los años se han convertido en vinos fetiches y precisamente, para preservar esa identidad, Raúl se asoció con sus sobrinos, recién estrenados como enólogos pero con un bagaje familiar que pesa, en un nuevo proyecto que bebe de las mismas fuentes de Ultreia. Junto a César Márquez y Nerea Pérez firma el proyecto La Vizcaína de vinos, un nombre que se rescató de su padre, y que busca afianzar aún más el camino trazado por Raúl para volver a los orígenes de la “atlanticidad” típica del Bierzo y recuperar sus variedades autóctonas.
El valor de estos vinos se encuentra en la viña. Casi todos los viñedos del Bierzo provienen de un sistema de minifundios, la mayor parte se plantó en 1890 y se continuó hasta 1936, momento en el que empieza la Guerra Civil. Hasta los años 70 estos viñedos, en los que no es posible mecanizar, se labraron con buey y posteriormente al éxodo se trabajaron con herbicidas. En 2004 se vuelve a trabajar en ellos como se hacía antiguamente.
La elaboración es muy sencilla. Se trabaja con raspón, pero evitando a toda costa romperlo. Las vinificaciones se hacen casi sin tocar los depósitos, son encubados de dos y tres meses, con muy poco movimiento. La añada 2012 que os presentamos es la segunda de este nuevo proyecto de Raúl. Hay una adaptación positiva de las parcelas y un salto cualitativo importante. 2012 fue un año fresco, la mejor circunstancia cuando se persigue una filosofía atlántica de elaboración de vinos.
El proyecto La Vizcaína de Vinos surge en el año 2011 y es un proyecto de Raúl Pérez y su sobrino César Márquez. El nombre “La Vizcaína” es un homenaje al padre de Raúl y abuelo de sus sobrinos.
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